sábado, 7 de septiembre de 2013

Visit Sayulita VIII-bis (paréntesis y punto final)

Crecí pensando que tenía un cuerpo torpe y débil y una mente capaz de llevarme a cualquier parte. Pero de un tiempo para acá me doy cuenta de que es mi cuerpo el que podría soportar cualquier cosa y mi mente la que me traiciona, con su capacidad de llevarme a los lugares más siniestros.

Mi cuerpo en cambio,  lo recibe todo, igual que lo deja ir.

Visit Sayulita VIII

Dejé 'olvidado' un vestido que ya es más bien un trapo y que he tenido por más de diez años. Me cuesta trabajo dejarlo aunque ya no le queda nada de prenda, porque todos los hombres que he amado me han visto con él: arreglada cuando todavía era bonito, y casi como pijama cuando dejó de serlo.

Dejo también los tenis que destruí esta semana en ida y vuelta de la playa y como tres kilos de piel, que me arrancó el sol tan de raíz que pensé que se iba a caer con todo y mis lunares, y con ellos, mi identidad. Pero debajo de la piel perdida sigo siendo una mujer lunar.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Visit Sayulita VII

Justo cuando empiezo a sentirme parte de todo, se hace tiempo de irme. Me gusta como el aire siempre huele a jugo de frutas y a una otra cosa que me parece conocida pero no logro ubicar. Como si me recordara algo de lo que no quisiera acordarme realmente. Me gusta la lluvia porque levanta y revuelve los aromas, aunque las gotas sobre el agua suenan como pasos furtivos y casi asustan en la noche. 

A pesar de que he hecho muchas cosas, siento que me quedaron muchas cosas por hacer. Me consuela saber que hice lo que vine hacer: hacer yoga y tener una revelación. De hecho tuve dos, la primera es que extraño ser parte de algo, como lo era en los tiempos en que escribía de veras y tomaba parte en muchas cosas. La segunda es que debo dejar mi trabajo. 

Haciendo yoga me sorprende ya no sentirme como una principiante, darme cuenta de que, en efecto, ya no soy una principiante. Sé que posturas puedo hacer y cuáles no, y se cual es el problema en las que se me dificultan. También se que posturas a las que aún no llego ya estoy lista para intentar y sé cuáles me quedan todavía muy lejos. Pero ya ninguna me asusta. Entiendo mejor el yoga, y me entiendo mejor a mí en él. 

Si no hiciera yoga quizás no habría intentado hacer remo ni surf, pero el yoga me ha enseñado a confiar más en mi cuerpo y a encontrar placeres en él que no conocía (además de los sexuales, en los que también ayuda). 

De regreso en mi hotel me acordé de S. y pensé que yo también sufriría si estuviera enamorado de dos mujeres, y seguramente yo en su lugar tampoco querría renunciar a ninguna, pero pediría por la sabiduría para reconocer cual es la que me ama de vuelta. 


Después del surf me volvió mi obsesión con ir a Australia y pensé que Marco estaría decepcionado de saber que ya se me estaba olvidando ese asunto. Pero ahora, ya sin Marco, ¿quién me va a cantar 'Leaving on a Jetplane' antes de volar?

lunes, 2 de septiembre de 2013

Visit Sayulita VI-bis (paréntesis en servilleta)

Me gustan los pueblos costeros donde la gente muestra su carne sin mayor ceremonia. En mi ciudad, la demasiada piel es una afrenta y ningun calor asfáltico la justifíca.

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El mes termina sin nuevas noticias. Empieza agosto, el mes de mi cumpleaños. Y odio a mis amigos ateos (y a mi propio escepticismo) porque sus voces en mi cabeza no me permiten creer que el universo me llenará de regalos sólo porque mi horóscopo lo dice.