Nadie conoce a al poeta
todos ignoran el aroma de los puentes
yo lo conocí en el momento
y el lugar más inesperados
digamos
debajo de un puente
el me enseñó el poema de la loba
y supe que ella era yo:
...
ya no quiero
a golpes de poesía
ganarme un lugar
para dormir como un guerrero
ahora acepto
el resultado de mis actos
desviaciones de la infidelidad acostumbrada
la loba volvió a salir
retomando una familia de promesas
en sus fauces
aullará alguna noche
desde el vientre cardíaco
a la brasa de la garganta
herida todo el tiempo
Stéphane Despatie
domingo, 18 de enero de 2009
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4 comentarios:
uffff! tienes que leer a Lizalde, te va pegar!
saludos
Y a Ángel González, es muy posible que también.
flans(es el momento dadá del día)
something in the way....
me encanta lizalde, tabernarios y eróticos se llamaba el libro
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