sábado, 16 de mayo de 2009

Entierros

Cuando empezé a andar con Ye se murió mi abuelo. Más bien le hablé para cancelar nuestra primera cita oficial porque iba a ir a Monterrey al velorio. "No te voy a poder ver mañana" y el "ya me lo imaginaba" "se murió mi abuelo". Pobre Ye. Solo teníamos unos días de conocernos.

Me acuerdo que cogimos todo el día (después de conocernos en una borrachera) y que me habló al día siguiente "se te olvidó tu libro" (yo sabía que no se me había olvidado ningún libro porque justo había pensado en dejar uno intencionalmente para tener pretexto para volver y no traía ninguno en la mochila) "yo no dejé ningún libro, seguro lo dejó alguien más" (yo lo dije con saña, y tenía razón, el roomie de Ye había llevado una chica un día antes y ella había pensado mi mismo plan para volver). Le colgué luego luego porque estaba acabando el partido de los patriotas, (para el super tazón ya eramos pareja) y cuando quize marcarle de vuelta no encontraba su teléfono. Total que era domingo (día de nfl) y quedamos de vernos el martes, (después de varios estira y afloje y hacerse del rogar y como para que te gusto y así) pero mi abuelo se murió el lunes y esa misma tarde noche volé a Monterrey.

Amo monterrey y amé a mi abuelo. Y existe una infinidad de cuartillas húmedas que lo demuestran. Pero este post es sobre Ye. Y sobre cosas de él y yo que no recordaba, no se porque.

Cuando estaba en Monterrey me habló por teléfono.
-¿Qué signo eres?
-Leo
- mm, lo sabía
-¿Que shampoo usas?
- ¿Me vas a hacer vodoo?"
El signo zodiacal era en efecto para ver si eramos compatibles (y de acuerdo a no se que página esotérica si lo eramos) Y el shampoo para cuando volviera a ir a su casa.
- ¿Como sigues?
y así de pronto, Ye y yo eramos pareja.

Cuando volví fuimos a mi casa y le hablé de mis abuelos, la novela que son, creo que fue el primero, si, al que le conté, le leí en voz alta, pasamos el día entero juntos cogimos, leímos, comimos, vimos Sweeney Todd.

Me acordé de todo esto porque hablaba con Tania y nos quejabamos amargamente de los hombres abstractos (de esos que la aman a uno en abstracto na más)
Ye era un hombre concreto y yo lo dejé ir
(no lo dejé ir LE PEDÍ QUE SE FUERA)

Una semana después de nuestra primera cita oficial nos fuimos de viaje juntos y dijimos que era amor. (a lo mejor fue el sexo animal seis veces al día, o las bebidas de colores de 3 pesos el caballito, o la salsa macha, o la sierra) Pero a lo mejor era él, y el modo en que se fumaba su cigarros (uno tras otro), y sus playeras de Sepultura (tenía como mil), y sus ideas revolucionarias trasnochadas (que me contagio un poquito pero solo un rato) y el buho de su cabeza (que se intentó tatuar el solo).

Ye tenía en la cabeza un búho.
Y debió ser verdad que yo lo amaba.
entonces

1 comentario:

Anónimo dijo...

noche de bodas, Sabina