...Eso dijo mi maestro de yoga, empezandito la clase "Abran el pecho, relajen la espalda, contacten con su respiración. Tomen conciencia del latido de su corazón y el fuego de su intento". Entonces me acordé, que una vez, hace no tanto tiempo, yo regalé mi latido y mi fuego por algo a lo que bauticé "amor" por llamarlo de algún modo y a alguien que (y esta es la opinión pública) no se lo merecía.
Así, anduve muerta por dentro sin corazón ni intento, ni la más mínima intención de nada por un tiempo... bastante tiempo. Y lloraba mucho, por lo mucho que me extrañaba a mi misma, y por lo lejos que estaba
Que habrá echo él, que no quería nada de mi, con mi fragmentos ya no tiene la menor importancia.
Un día, del hueco de barro que me quedaba en el pecho surgió un nuevo latido y una nueva llamarada, que ahora palpitan y arden cómo cometa y, como cometa quiere escapar
regalarse a falta de alguien digno
a cualquier imbécil por un rato
y no me importa
porque no importa cuantas veces me arranque de raíz esta nebulosa
cuantas más veces volverá a crecer
lunes, 25 de marzo de 2013
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