domingo, 30 de diciembre de 2012

El tumor del mar


Mi miedo no es mío
Es un tumor que se derrama de mi senos
Es la ponzoña en el tacto de los otros
El vinagre en sus miradas
Es el aire que me falta
que me roban

Es agua hirviendo en la cuenca de mi cráneo
El  intento fallido de alejarlos de mi carne
el fracaso de mi voz

Mi nostalgia es mía, mi lujuria es mía
mi ira es mía, mi hambre es mía
No así este miedo que me envuelve 
que me impregna
que me inunda
que me apesta
El miedo es de los náufragos 
No mío

Esta pared que se golpea contra mi frente
Esta pared
Esta pared
Esta pared
Esta pared
Esta pared
Esta pared
Esta pared

Esta leche caliente vertida en mi esqueleto
este esqueleto caliente

El miedo es este mar abandonado de mi vientre
el mar es de los náufragos
y el frío

sábado, 29 de diciembre de 2012

La luna me dijo que tenía que seguir escribiendo (porque tradicionalmente es la luna quien anda diciendo esas mamadas)


Había un chairo en la universidad que me gustaba mucho, (quizás no me gustaba tanto, quizás sólo le vi cara de puerta a lo desconocido). Sólo 'salimos' una vez, y no me acuerdo como se sintió besarlo. Fuimos a ver 'La última tentación de Cristo' al cine del CUC y la película tampoco me gustó tanto (me la habían vendido demasiado, losientomucho mequedoconjesucristosuperestrella).

Pero hay una escena, en la que Jesús se adentra en el desierto (una vez otro chairo que me gustaba mucho en la prepa me dijo que el desierto es el único lugar en donde se puede ver al sol a los ojos.  A-mi-que-nací- en-la-nieve-y-crecí-en-la-arena-me-vino-a-hablar-del-mundo-un-chairo)

Así que, víctima de la desesperación, Cristo se adentra en el desierto (para ver a Dios a los ojos) y en la arena dibuja un círculo. El hombre que es el cristo se sienta en medio del círculo y le grita al cielo que no se moverá de ahí hasta que reciba una señal, clara, precisa, inconfundible, de que es lo que tiene que hacer. 'Cualquiera que sea el camino que elijas para mi, lo seguiré, pero tienes que decírmelo'...

Y bueno, ¿qué no todos nos hemos sentido como Cristo de vez en cuando?
Por una vez quisiera recibir una clara señal de que es lo que tengo que hacer, ¿me voy a dormir o me desvelo? ¿le dirijo la palabra a mi exnovio? ¿confronto a mi jefe? ¿voy a una fiesta o me quedo a ver películas en mi casa? ¿hago una maestría? ¿me mudo? ¿hago nuevos amigos? ¿me alejo de mis amigos? ¿dejo los frees? ¿tengo más frees?  ¿reciclo? ¿voy más a yoga? ¿dejo el yoga? ¿cambio de trabajo? ¿le hecho más ganas a mi trabajo? ¿lo dejo todo (otra vez) y me voy a vivir a la playa (duré una semana)? ¿beso al tipo que quiero besar o mejor beso a su mejor amigo en su cara?

O... (my personal favorite) dejo los medicamentos, y las clases y el empleo y el ejercicio y la tesis y me hundo en la más sublime depresión
(que la vida sea para los otros)

Pero no me lo permito, estuve mal un tiempo, suficiente tiempo... ¿qué clase de persona sería si comienzo a quejarme de nuevo?, no creo que me perdonarían haber salido del pozo para ir a arrojarme de nuevo... (¿podré vivir sin su perdón?)

También veo mucho Joan of Arcadia, (si si el de la chica a la que Dios le habla, ay-ya-no-me-juzguen. No es que envidie la relación de Dios con el personaje (había otra serie parecida, Waterfalls se llamaba, sin Dios de por medio, que me gustaba más) En cada capítulo, ella recibe un claro mensaje sobre lo que tiene que hacer (haz una fiesta, consigue trabajo en la librería, sal a manejar de noche, construye un bote, entra al equipo de ajedrez) y sus acciones van tomando forma y eventualmente todo tiene sentido y sale bien.

Yo creo en hacerse camino por uno mismo, en tomar nuestras propias decisiones, en asumir las responsabilidades de nuestros actos, en crecer
Pero últimamente (congruencias de lado) como me ha echo falta una señal...

...

Ayer una chica (mi verdadero nombre significa lo mismo que el suyo) me preguntó porque ya no escribo, le contesté que 'me pone triste', y me contestó que a ella le ponía triste ya no leerme (sigh)

Entendido, Universo:  cambio y fuera