miércoles, 17 de abril de 2013

Estimado Señor Vila-Matas (II)

Siempre me gustó el poema de Garric

Ese poema de Juan de Dios Peza en el que por primera (y última vez) escuché la palabra spleen.

Años más tarde, aunque con otro nombre, a mi me disgnosticarían spleen también.

Para curarse, los enfermos iban a ver a Garric,de quien decían  (pero que sabían ellos)  que era 'el más gracioso comediante y el más feliz'. Y la risa curaba a los infectos...

Pero esto lo sabe usted señor,porque yo he visto como usted lo sabe todo... como seguramente sabe también que Virginia Woolf oía a las aves hablar en Griego. Verá usted, señor, Virginia Woolf estaba loca como cabra,  y escribir le iba llenando el vaso, que tarde o temprano se derramaba por todas partes.
Su spleen no tenía nombre...

Luego gracias a otro libro, un libro suyo Señor, me encontré el nombre de otra enfermedad que -por una especie de Osmosis literaria- también iba a contagiárseme un día ...

Yo también soy un bartlleby

yo también tengo la 'pulsión del no'
yo también la irrelevancia y el silencio

y Usted Señor Usted
Usted es mi Garric
Solo usted  podrá curarme







viernes, 12 de abril de 2013

Estimado Señor Vila-Matas:

Yo también soy un bartleby.

Me volví traductora porque no tengo nada que decir

(nada queda que decir)

y así me doy el lujo de enunciar las palabras de otros

con mi lengua

martes, 9 de abril de 2013

Más variaciones sobre Peter Pan

No me gustan las hadas
la sutileza de las hadas
la risa de las hadas
las alas de las hadas

no me gustan sus vestidos
ni sus pretensiones

pero hay una cosa que entiendo de las hadas

yo también necesito aplausos para sobrevivir...

sábado, 6 de abril de 2013

calcíname...

...haz de mi culo el cuenco de tu cal

jueves, 4 de abril de 2013

Conejos que no volaron (o un pretexto más para hablar de mi)

                                                                                                        Para Claus

Yo ya no pude. Me cansé de los foros medio vacíos (medio llenos si fueran vasos) y de los públicos desconcertados. Me cansé de los apellidos 'experimental' 'amateur' 'posmo' o 'contempo'. Me cansé del Carlos Rossi, dios como me cansé del Carlos Rossi...

Me cansé de medirme con todos, de despreciarlos a todos, de despreciarme a mi misma en los ojos de todos.  Me cansé de tener veinte años y estar enamorada (del arte o del artista, que a veces parecían la misma cosa y casi siempre eran nada)

Me cansé de no tener la fórmula para el aplauso.

Y me fui.
Me fui porque ya no podía más.

Y me convertí en oficinista alegre, y me quité el calor agitando mi cheque quincenal en reuniones de poetas, y escribí un montón de poemas sobre porque ya no escribo, y no le dije a nadie...

Pero tu no te cansaste ni te cansarás nunca,y no se de que sirva, o si sirve de algo, pero se que tu te pareces más a la promesa que hicimos de nosotras mismas hace 10 años, hace 15 años, hace 100 años...

y no se si vuelas, o si has volado, o volarás un día

lunes, 1 de abril de 2013

¿Cómo hago para escribir el libro que quería y que sea importante?

Dejé de escribir porque me ponía triste, y ahora me pone triste acercarme a los treinta y no tener 'ni hijo ni árbol, ni libro'. No porque me interese reforestar o reproducirme pero si hubiera echo alguna de ambas al menos podría justificarme de no haber echo la tercera, que era la que me importaba. Pero en el camino de la literatura me ganó el peso de la trivialidad. La trivialidad de mi deseo me aplastó y no me atreví a cumplirlo aún cuando todo lo que necesité se fue colocando al alcance de mi mano.

Volver a escribir mi blog no es un nuevo intento encaminado a aquella meta, es un mero acto de nostalgia. Y también de hipocresía  Mi voz, lo que yo llamaba mi voz cuando escribía, y que se destacaba por su honestidad brutal y salvaje, se oculta bajo el nuevo rostro de una yo feliz que no quiero desmentir. Porque abandoné la literatura para ser feliz, no para estarme quejando, mucho menos para hacer un retorno estelar (que no sería posible porque me fui justo a tiempo de ser alguien)

Así que ahora soy nadie. Nadie se levanta muy temprano y tiene un empleo adulto y un sueldo adulto, que la hacen sentir adulta (y no va a mentir, eso le hacía falta y le da gusto). Nadie va a clases de yoga y de capoeira y dejó la carne de puerco y no baja ni un kilo (y se dice a si misma que no hace nada de esto para bajar de peso pero aún así de vez en vez la pone triste). Nadie estudia francés a veces, y anda en bici, a veces, y menos veces todavía, lee antes de dormir. Nadie no tiene novio, y le echa la culpa a que está gorda, pero quizás es que también es antipática... Nadie tiene muchos aliados y otras veces los mismos enemigos. Nadie es feliz a veces, y otras, esa otra que es más fuerte se apodera del cuerpo y  se arrepiente. Se reprocha haber escogido un otro camino, o no ser capaz de escoger ninguno, o no ser capaz de renunciar a todos los caminos. Se reprocha el tiempo sobre todo, y se pregunta, y todo lo que contesta, es siempre tan trivial...