martes, 13 de enero de 2009

Carta a un malnacido o ¿Qué clase de comedor me define como persona?

El motivo (o uno de ellos) por el que me animo a escribirte después de tanto tiempo es que hoy finalmente me hize esa pregunta. Mientras veía "El Club de la Pelea" (película que por más que se resignifique en mi vida me sigue recordando a ti) decidí que era tiempo de saber la clase de comedor o en su defecto sala o de perdida mesa de centro que me define como individuo. Inmediatamente supe que la serie BJURSTA era la que más concordaba con mi personalidad y que la mesa redondeada negra (expandible) 10232 sería perfecta para mostrarle a mis invitados mi reservada pero a la vez extrovertida y moderna personalidad.
También pensé que algo de la serie HEMNES se vería grandioso en tu habitación pero seguramente ella ya estará eligiendo tus cubrecamas.

El otro motivo es la envidia, la envidia al prójimo que me corroe, y de la que no voy a hablarte.

Hace tanto que quiero preguntarte porque dejaste de escribirme, porque siempre dejas de escribirme. Pero no te escribo para eso, te escribo porque ha sido únicamente a través de nuestras eternas epístolas largometrágicas que he logrado decir tantas cosas tantas veces. Así que supongo que nuestra amistad ha sido siempre una ilusión. ¿Qué podía esperarse de dos personas con nuestro ego? Tan ávidos a escribir monólogos kilométricos sobre nosotros mismos so pretexto de comunicarnos, de conectarnos con alguien más a tantas aguas de distancia. ¿De dónde nos nació esa avidez por la lejanía?

De todos modos hay cosas que quiero contarte, aunque tu ya no quieras contarme las tuyas. Por ejemplo que te dejé un mensaje en la pared de “La Casa de Todos” por si alguna vez volvías. Que tengo un nuevo plan, (que acabaré mi carrera en menos de un año y que titulo en mano abordaré un avión) Que terminé con mi novio, con el que vivía, y que volví con el (es decir a nuestra relación pero no a “nuestra” casa) y que no nos va tan bien como querría. Que volví a ver a Roberto ¿te acuerdas de la primera vez que te hable de Roberto?, aquella que terminé a solas con él porque no pude ir al concierto de Fernando Delgadillo por culpa de Mara. Que volví a ver a Roberto y que por supuesto lo dejé que revolviera mi vida (pero esto tu ya lo sabes) Que viví con Cintia (que ella conoció tu página de internet y que fue por ella que volví a dar contigo) Que no tengo casa, ni empleo, que soy un fracaso (pero es tu ya lo sabes) Que odio mi carrera (y que esta vez no voy a reconciliarme) Que nada ha cambiado. QUE YO NO HE CAMBIADO. QUE NO CONSIGO CAMBIAR

Que sigo saliendo con idiotas y renunciando a mis trabajos y quedándome sin casa y atrasándome en la escuela y peleándome con mis maestros y con mis jefes y mis amigos. Que Aurelio se fue a zacatecas y me dejó infinitamente sola en este mundo (aunque ya hacia meses que ni lo veía). Que las últimas dos películas de Will Smith fueron un asco. Que me amargo con paulatina irreversibilidad (si vieras como se me deforma el rostro con la felicidad ajena). Que los libros ya no me consuelan. Que murió la esperanza (esa que muere al último), Que me quejo por deporte, Que no queda nada de mi

mucho menos de nosotros

4 comentarios:

Anónimo dijo...

la vida nos vomita.

no somos ni unicos, ni especiales como copos de nieve, somos materia organica... nos ilusionan con que tendremos grandes trabajos, seremos artistas, estrellas de rock...

where is my mind?

Soma dijo...

¿En qué pared, en qué parte, de esa casa que es de todos?

MaRÍa AlGaRaBÍa dijo...

En lo que a mi concierne Aurelio está de vuelta.Traté de retenerlo, pero me fue imposible competir contra el super Bowl...Ahora yo me siento infinitamente sola.

Svetlana dijo...

curiouser and curiouser