miércoles, 29 de abril de 2009

Mc Mullens

Evoco
un placer
noble
y cuidadoso
al enjabonar
rasurar
y enjuagar
mis piernas
para un
desconocido

6 comentarios:

ésa que no soy yo dijo...

I know you know thta I know.

Anónimo dijo...

Sospecho de ese "noble".
Me hace ruido ese adjetivo.
Escucha a Frank Zappa en la
lejanía calurosa de Monterrey. O
a los benditos Who o a Hendrix,
aunque no estés en Monterey precisamente, jeje.
Es lindo pensar en piernas.
Yo creo que están innecesariamente menospreciadas hoy en día. Ojalá
conociera a una chica con las calcetas de Nanny de los muppets babies, jeje.
Bioy.

Blas Barajas, escritor dijo...

a mi me gustan peludas las piernas. besos de lengua, hija.

Anónimo dijo...

que bien !

Crispy dijo...

Yo solo conozco la agresiva ternura de las tiras de cera fría que, además de vellos, arrancan de raíz mis ideales de anti-todo, prometiendo suavidad de seda, en las piernas, al menos.

La etiqueta lo dice, hasta los vellos más pequeños. Los razgos más pequeños de todo lo que soy y quiero imaginar que soy.

Y si se me quema el arroz? el trauma sale en la próxima depilada?

Besos, tengo que ir a ver si el arroz ya está.

Ricardo E. Tatto dijo...

Un comentario sobre el reciente CONEL de Monterrey: http://marihuas.blogspot.com/2009/05/despues-de-vagaciones.html