sábado, 20 de junio de 2009

Texcoco = ala del infierno

Todos saben la mierda que hablo de este pueblo. El otro día Ulises me dijo que quería conocerlo y le dije que era el lugar más aburrido del mundo y uno de los más feos, no se de dónde me viene este odio. Como todos los texcocanos que nos vamos, nunca vuelvo. Es decir que vengo religiosamente cada fin de semana en busca de comida casera y dinero para mi supervivencia citadina, pero sólo vengo a la casa materna, ya no salgo a texcoco. Los texcocanos que nos vamos dejamos de frecuentar el pueblo y a los texcocanos. Hoy, a diez años de que empezé a estudiar en el d.f. y a 6 de haberme mudado definitivamente, puedo decir que no tengo amigos texcocanos. Ni de los que se fueron ni de los que se quedaron, es una versión fresa de los fenómenos migratorios en este país (la gente que logra superarse y salir de pueblos marginales nunca vuelve a su comunidad e incluso la desprecia). Bueno, yo desprecio texcoco, y estoy tan acostumbrada a eso que ya ni me pregunto porque.

Pero hoy fui al tianguis con mi madre, al tianguis al que ibamos todos los sábados de toda mi infancia. Las quesadillas en texcoco (sobre todo las de chicharron) saben distinto que en cualquier lugar del mundo, es más, con todo y mi idolatría chilanga debo decir que nunca me he comido una quesadilla de chicharron en el d.f. que sepa la mitad de bien, (no voy a empezar con la barbacoa). Así que fuimos a comprar al tianguias, el chavo de los quesos es el mismo, sólo que ahora es más bien el señor de los quesos y el señor de los pollos es el mismo también pero está a un paso de volverse el viejito de los pollos. Cuando eramos niñas (Amanda y yo porque Libertad nunca fue niña) yo agarraba del pico a los pollos muertos y lo movía como si hablaran, tenían sus ojitos cerrados como si temieran el cuchillazo que seguía, y mis hermanas se morían una de tristeza y la otra de asco cuando yo jugaba un pésimo ventrilocuo con los pollos "A- yu - da - meeee. No - me - co - maaaas." El señor de las uvas sigue igualito, igualito, y le compré dos kilos de mango na más por eso (¿alguien quiere mango?), me dieron ganas de abrazar al señor de las aguacates, con su cara arrugada arrugada como aguacate seco. El de los mameyes conocía a mi abuela, ella era la única que le compraba "Sr. ¿sabe usted que mi abuela a muerto?" otros ya no están, el de los platanos y el de las verduras que eran hermanos, barbones y lentudos uno güero y otro moreno se fueron hace muchos años, el primero tenía un chango de peluche que me caía muy bien. Pero sus puestos siguen en el mismo lugar, el tianguis de mi infancia, que se pone los sábados, sigue teniendo exactamente la misma distribución de hace 20 años. ¿hay un especie de acuerdo tianguisero que establezca en donde van los puestos de cada cosa? ¿hay algun apartado que señale que las zanahorias y los platanos no pueden venderse juntos pero que los mameyes y los melones sí?

Cuando era niña yo cargaba la bolsa chiquita, y compraba ropita miniatura para mis barbies (la señora de la ropita estaba casada con el de las papayas, y cuando el de las papayas se peleó y se fue, la señora se fue también) Cuando era niña me dejaban adelantarme a pedir los platanos para qué mi mamá nada más llegara a pagarlos. Cuando era niña era mi papá el que cargaba las naranjas, y me tenía que estirar para decirle un secreto a mi mamá (ahora me agacho). En texcoco hay columpios, y vías del tren, y antes de que llegara la primera comercial mexicana al pueblo, mi mamá se sabía el nombre del que le vendía el pan, del dueño de la tienda de carnes frías, y yo me tuteaba con el de la papeleria (muy en contra de mi madre). En texcoco se pone un tianguis de lonas rosas, donde yo compraba dinosaurios de plástico chiquititos, uvas sin semilla, ligas de colores para el cabello...

Si un día tengo hijos, ojalá puedan darse el lujo de crecer en un lugar tan horrible como en el que pasé mi infancia.

5 comentarios:

ésa que no soy yo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ésa que no soy yo dijo...

Este post es probablemente lo más bonito que he leído en un blog desde no me acuerdo cuando.

Gracias!

Tu niño de los dos corazones dijo...

No maaaameeeyeees, soy tu idolo!!! soy tu idolo!!! me cae, eres mi fansss!!!


Me agradado tu post, me puse a husmear en tu blog y "Cena para dos" me dejo pendejo...

Te seguiré hasta el fin muajaja

aunque sea a través de un bloc...

Anónimo dijo...

yo quiero mango

Diana dijo...

Yo voy a texcoco sólo por dos cosas, una, las quesadillas y dos, la barbacoa. Texcoco tiene su encanto, algún día re enseñaré la fantasmagórica foto que tome en el centro. Abrazo.