viernes, 28 de agosto de 2009

Tuyas serán las órdenes. La ira. (Redención en tres partes)

Fragmento I

Y ahora que formo parte del consejo editorial de una revista, me ha dado por leer alternativas impresas a los libros. Lo llamo "estudio de mercado" o quizás sea una de las tantas maneras en que justifico mi ocio no ocio no yo nunca.

Leo también "los periodistas" de Leñero, sobre el golpe a "El Excélsior" y el nacimiento de "Proceso" (¿el nombre es kafkiano?, si lo fuera... todavía no llego a esa parte)

La verdad es que lo empecé a leer ingenuamente, pensando que cuando decida que no quiero entrar a la mafia del mundito literario mexicano o peor aún cuando dicha mafia decida que no quiere tener nada que ver conmigo (por llana, por irascible, por mediocre, por ridícula) todavía me quedará la alternativa periodística. En este país nadie lee, pero si ALGO se lee, han de ser periódicos ¿no? Vicente Leñero lo dice, o lo medio dice, si, que Ibargüengoitia despegó cómo novelista, como creador, en gran medida gracias a su espacio en el El Excélsior. Lo dice así como no queriendo, así como yo digo estas cosas.

Ahí estaba pues mi esperanza, "no tengo que casarme con nadie, acostarme con nadie ni matar a nadie" pensé y recogí del suelo la primera piedra, lista para arrojarla, toda libre de pecado como me sentía. PERO CHASCO QUE NOS LLEVAMOS mi inmaculada concepción del periodismo y yo misma al enfrentarnos con el mentado libro. No he terminado el segundo capítulo y ya he perdido toda esperanza (imagínese usted que sabe que la esperanza muere al último, haberla desauciado antes de acabar el segundo capítulo) Porque el mundillo periódistico y el mundillo literario son lo mismo, y son lo mismo todos los mundos y submundos de este país kafkiano conectado por buhardillas y túneles de las que tan poco entiendo, en el que todo es tan inherentemente gris y está tan claro. Tan claramente corrupto, hambreado, triste.

Y yo que quería cambiar al mundo con poesía.

....

Fragmento II

(encontré en ese mismo libro, frases tan precisas sobre mi propia desesperanza, en ese capítulo que tan acertada y acertivamente se llama "insomnio" cuyas certeras frases me reconfortan en mi soledad a la vez que me angustian, me quitan el sueño)

La importancia como una vocación a la que anidas

Tu nombre coronando la página que el país desayuna

Tuya serán las órdenes. La ira.

El escritorio que te sufre, el sillón que te soporta, la copa que te permite huir, como de gira, emntre risas de amigos: empleados del taller, subordinados prontos a descubrirte cualidades de periodista grande y atributos de líder al que aún no ha llegado su tiempo. Eso es: tu tiempo.

Tuyo el orgullo.
Tuyo el balcón.

¿te imaginas, hermano, compadrito del alma, la batalla que tengo que librar contra ti?

...

Fragmento III


En mi rotunda perdida de sentido, de rumbo, de motivación.

Ya lo dije, tras el extravío irrevocable de Esperanza, llegó Auxilio Lacouture que con ese nombre tan atinado me ha rescatado tantas veces ya. Hablándose a si misma en voz de Roberto Bolaño me llamaba, y en la penumbra la escuché decirme:

Latinoamericana, poeta y viajera, RESISTE. A lo que respondo con cal entre los dedos

"me pongo por entero a sus órdenes. madre"

1 comentario:

ésa que no soy yo dijo...

Este es probablemente uno de los mejores posts que has escrito, no me preguntes por qué. Va más allá de mi comprensión. Me avergüenza no haberlo leído con detenimiento antes.

Resiste Mengana, como Auxilio en ese baño, como Gertrude en su casa siempre abierta.Resiste niña quijote, aquí está tu fiel escudero.