Cuando te mueras borracho
en una esquina
bañado en tu propia miasma
y no sirvas ni de mal ejemplo
yo no te voy a llorar
nadie te va a llorar
ese es tu regalo al mundo
Mostrando entradas con la etiqueta es curioso que te mueras cuando tengo tanto que decirte. Mostrar todas las entradas
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lunes, 27 de septiembre de 2010
viernes, 4 de septiembre de 2009
Roberto
Hoy volví a pensar en él
en la última noche que cogimos
en el último te amo que me dijo
en la madrugada en tlalpan
con toda la avenida por delante
con toda la vida por delante
en todas las veces que volvió
Hoy pensé en él de nuevo
en como me prohibí pensarlo
en como dejé de imaginar escenarios
como tantos años cuando se iba
dramático casi trágico
y yo fraguaba reencuentros
que de uno u otro modo sucedían
en como deje de hacerlo
en como lo amé tantísimo tiempo
en como un día
simplemente
me detuve
Pensé en la noche fatídica
en que decidió golpearme
en que lo llamé enfermo
cuando recuperé el habla
en sus pasos alejándose
por primera vez para siempre
en mi amor que se volvió miedo
en esa última vez que lo vi
que tuve que verlo
que ya no lo ame
como lo amaba siempre
que lo veía llegar
desde donde llegara
¿desde donde llegaba siempre?
que astros lo traían a mi
de tanto en tanto
hoy lo recordé
cuando era hermoso
y a cada recuerdo
también el del golpe
el del frío
el del mito
que cosntruí para él
y que se robó su puño
hoy volví a pensar en él
y me sorprendió recordar
que hubo una época en que él partía
y yo lo pensaba a diario
no como ahora
que me sorprende su recuerdo
en las páginas de un libro
que yo le presté
y que él citó al pie de la letra
con sus actos (atroces)
la última noche
que lo quise
en la última noche que cogimos
en el último te amo que me dijo
en la madrugada en tlalpan
con toda la avenida por delante
con toda la vida por delante
en todas las veces que volvió
Hoy pensé en él de nuevo
en como me prohibí pensarlo
en como dejé de imaginar escenarios
como tantos años cuando se iba
dramático casi trágico
y yo fraguaba reencuentros
que de uno u otro modo sucedían
en como deje de hacerlo
en como lo amé tantísimo tiempo
en como un día
simplemente
me detuve
Pensé en la noche fatídica
en que decidió golpearme
en que lo llamé enfermo
cuando recuperé el habla
en sus pasos alejándose
por primera vez para siempre
en mi amor que se volvió miedo
en esa última vez que lo vi
que tuve que verlo
que ya no lo ame
como lo amaba siempre
que lo veía llegar
desde donde llegara
¿desde donde llegaba siempre?
que astros lo traían a mi
de tanto en tanto
hoy lo recordé
cuando era hermoso
y a cada recuerdo
también el del golpe
el del frío
el del mito
que cosntruí para él
y que se robó su puño
hoy volví a pensar en él
y me sorprendió recordar
que hubo una época en que él partía
y yo lo pensaba a diario
no como ahora
que me sorprende su recuerdo
en las páginas de un libro
que yo le presté
y que él citó al pie de la letra
con sus actos (atroces)
la última noche
que lo quise
sábado, 22 de agosto de 2009
desvario
Dice Fadanelli que "la única persona con la que uno debería unirse para siempre habita en un suburbio de Tailandia" y ese recordatorio fue un escupitajo en el rostro, pero eso me gano por andar leyendo a Fadanelli y sobre todo por dejar que se me olvide.
Por cierto que me encontré a Fadanelli en un velorio y hasta se acordó de mi.
Ventajas de medir dos metros y tener un nombre imposible:
1) Que uno de los escritores más drogadictos y famosos de México se acuerde de una en un velorio (claro, para eso primero tiene una que haberlo conocido en circunstancias más o menos normales, digamos un partido de soccer)
2) Que las ex novias de los novios y ex novios no se quieran meter con una
3) ninguna otra
El velorio era del pariente de un amigo (al parecer tengo amigos en común con Fadanelli, parientes no que yo sepa) Pero bueno, no estaba leyendo "Educar a los topos" el día que me encontré al autor y sin embargo no podía ser más oportuno el libro que abro apenas unos días más tarde y que empieza más o menos con un velorio y un cofre dorado
empezar empieza con un reloj
y yo no he parado de ver el mío
el de la esquina inferior izquierda de la computadora
(hoy amanecí muy consciente de las horas)
o no había podido dejar de hacerlo hasta que Fadanelli (bueno, su novela) me recordó aquello de Tailandia y las almas gemelas que no existen
y yo que a sabiendas de semejante cosa me sigo acostando con desconocidos
me reprocho en silencio mi ignorancia
y leo un libro en cuyo final no te encuentras
Por cierto que me encontré a Fadanelli en un velorio y hasta se acordó de mi.
Ventajas de medir dos metros y tener un nombre imposible:
1) Que uno de los escritores más drogadictos y famosos de México se acuerde de una en un velorio (claro, para eso primero tiene una que haberlo conocido en circunstancias más o menos normales, digamos un partido de soccer)
2) Que las ex novias de los novios y ex novios no se quieran meter con una
3) ninguna otra
El velorio era del pariente de un amigo (al parecer tengo amigos en común con Fadanelli, parientes no que yo sepa) Pero bueno, no estaba leyendo "Educar a los topos" el día que me encontré al autor y sin embargo no podía ser más oportuno el libro que abro apenas unos días más tarde y que empieza más o menos con un velorio y un cofre dorado
empezar empieza con un reloj
y yo no he parado de ver el mío
el de la esquina inferior izquierda de la computadora
(hoy amanecí muy consciente de las horas)
o no había podido dejar de hacerlo hasta que Fadanelli (bueno, su novela) me recordó aquello de Tailandia y las almas gemelas que no existen
y yo que a sabiendas de semejante cosa me sigo acostando con desconocidos
me reprocho en silencio mi ignorancia
y leo un libro en cuyo final no te encuentras
domingo, 17 de mayo de 2009
yo soy mengana
REPASO HISTÓRICO
Con más nostalgia que embeleso
recuerda una por una a sus menganas
de la primera aprendió el cielo
de la segunda asimiló la tierra
de la tercera la sonirsa virgen
la piel convicta de la cuarta
el palmo a palmo de la quinta
el beso frágil de la sexta
de la séptima el otro el insondable
de la octava el vaiven heterodoxo
de la novena el hagan juego
de la décima el no va más
en realidad ya hace algún tiempo que el fulano
sentó cabeza con la undécima
mengana que dormita a su costado.
...
HABLO DE TU SOLEDAD
Hablo de tu infinita soledad
dijo el fulano
quisiera entrar al saco de tu memoria
apoderarme de ella
desmantelarla desmentirla
despojarla de su último reducto
tu soledad me abruma/ me alucina
dijo el fulano con dulzura
quisiera que en las noches me añorara
que me echara de menos
me recibiera a solas
Pero sucede que/
dijo calmosamente la mengana/
si tu bendita soledad
se funde con la mía
ya no sabré si soy en vos
o vos terminás siéndome
¿Cuál de los dos será
después de todo
mi soledad legítima?
Mirándose a los ojos
como si perdonaran
perdonarse
adiós
dijo el fulano
y la mengana
adiós
...
EPIGRAMA CON MURO
Entre tú y yo/mengana mía/ se levantaba
un muro de Berlín hecho de horas desiertas
añoranzas fugaces
tú no podías verme porque montaban guardia
los rencores ajenos
yo no podía verte porque me encandilaba
el sol de tus augurios
y no obstante solía preguntarme
cómo serías en tu espera
si abrirías por ejemplo los brazos
para abrazar mi ausencia
pero el muro cayó
se fue cayendo
nadie supo que hacer con los malentendidos
hubo quien los juntó como reliquias
y de pronto una tarde
te vi emerger por un hueco de niebla
y pasar a mi lado sin llamarme
ni tocarme ni verme
y correr al encuentro de otro rostro
rebosante de calma cotidiana
otro rostro que tal vez ignoraba
que entre tú y yo existía
había existido un muro de berlín que al separarnos
desesperadamente nos juntaba
ese muro que ahora es sólo escombros
más escombros
y olvido
Mario Benedetti
.
Con más nostalgia que embeleso
recuerda una por una a sus menganas
de la primera aprendió el cielo
de la segunda asimiló la tierra
de la tercera la sonirsa virgen
la piel convicta de la cuarta
el palmo a palmo de la quinta
el beso frágil de la sexta
de la séptima el otro el insondable
de la octava el vaiven heterodoxo
de la novena el hagan juego
de la décima el no va más
en realidad ya hace algún tiempo que el fulano
sentó cabeza con la undécima
mengana que dormita a su costado.
...
HABLO DE TU SOLEDAD
Hablo de tu infinita soledad
dijo el fulano
quisiera entrar al saco de tu memoria
apoderarme de ella
desmantelarla desmentirla
despojarla de su último reducto
tu soledad me abruma/ me alucina
dijo el fulano con dulzura
quisiera que en las noches me añorara
que me echara de menos
me recibiera a solas
Pero sucede que/
dijo calmosamente la mengana/
si tu bendita soledad
se funde con la mía
ya no sabré si soy en vos
o vos terminás siéndome
¿Cuál de los dos será
después de todo
mi soledad legítima?
Mirándose a los ojos
como si perdonaran
perdonarse
adiós
dijo el fulano
y la mengana
adiós
...
EPIGRAMA CON MURO
Entre tú y yo/mengana mía/ se levantaba
un muro de Berlín hecho de horas desiertas
añoranzas fugaces
tú no podías verme porque montaban guardia
los rencores ajenos
yo no podía verte porque me encandilaba
el sol de tus augurios
y no obstante solía preguntarme
cómo serías en tu espera
si abrirías por ejemplo los brazos
para abrazar mi ausencia
pero el muro cayó
se fue cayendo
nadie supo que hacer con los malentendidos
hubo quien los juntó como reliquias
y de pronto una tarde
te vi emerger por un hueco de niebla
y pasar a mi lado sin llamarme
ni tocarme ni verme
y correr al encuentro de otro rostro
rebosante de calma cotidiana
otro rostro que tal vez ignoraba
que entre tú y yo existía
había existido un muro de berlín que al separarnos
desesperadamente nos juntaba
ese muro que ahora es sólo escombros
más escombros
y olvido
Mario Benedetti
.
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